Conceptos
La clasificación más amplia del fundamento ateo es su división entre ateísmo práctico y teórico.
Ateísmo práctico
Se considera al ateísmo práctico como una forma de actuar en la que los ateos prácticos o pragmáticos viven como si no existieran dioses, de ser posible explicando fenómenos naturales sin necesidad de referencias divinas. Aunque en esta postura no se niega explícitamente la existencia de ningún dios, sí puede considerarse innecesaria o inútil; para los ateos prácticos de existir alguna deidad esta no proveería sentido a la vida ni influenciaría en la vida cotidiana.
Una forma de ateísmo práctico con implicaciones para la comunidad científica es el naturalismo metodológico: según el geólogo Steven Schafersman, "la tácita adopción o suposición del naturalismo filosófico dentro del método científico con o sin la plena aceptación o creencia en él”.
El ateísmo pragmático puede tomar diversas formas:
- Ausencia de motivación religiosa: la creencia en dioses no impele la acción moral, religiosa o cualquier otro tipo de actuar.
- Exclusión activa de los problemas divinos y religiosos de la búsqueda intelectual y acción práctica.
- Indiferencia: la ausencia de interés en los problemas divinos y religiosos.
- Desconocimiento del concepto de deidad.
- Ateísmo teórico
- Argumentos ontológicos
Ateísmo Teórico.
Argumentos Ontológicos.
El ateísmo teórico explícitamente plantea argumentos contra la existencia de dioses y refuta los argumentos teístas comunes, tales como el argumento del diseño o la apuesta de Pascal. Es principalmente una ontología, concretamente una ontología física.
Argumentos epistemológicos
El ateísmo epistemológico sostiene que las personas no pueden conocer a Dios o determinar su existencia. Se fundamenta en el agnosticismo, que toma una variedad de formas. En la filosofía de la inmanencia, la divinidad es una entidad inseparable del mundo, que incluye a la mente propia, y cada conciencia individual está contenida en el sujeto. De acuerdo a esta forma de agnosticismo, la limitación en la perspectiva humana previene cualquier inferencia objetiva desde la creencia en un dios a la afirmación de su existencia independiente del creyente.
El agnosticismo racionalista de Immanuel Kant y los pensadores de la Ilustración solo aceptan el conocimiento deducido a través de la razón humana; esta forma de ateísmo afirma que los dioses no son identificables por medio alguno, por lo que su existencia jamás podrá llegarse a conocer. El escepticismo, basado en las ideas de David Hume, afirma que la certeza sobre cualquier asunto es imposible, por lo que nunca nadie podrá saber de forma segura si un dios existe o no. Hume, no obstante, sostuvo que tales conceptos metafísicos imperceptibles deben rechazarse como un "sofismo y una ilusión". Existe debate respecto si el agnosticismo debiera clasificarse dentro del ateísmo, ya que también puede considerarse como una cosmovisión independiente y fundamental.
Otros planteamientos ateos pueden clasificarse como epistemológicos u ontológicos, como el positivismo lógico y el ignosticismo, que afirma que términos elementales tales como “Dios” y frases como “Dios es todopoderoso” carecen de significado o inteligibilidad. El no-cognitivismo teológico sostiene que la afirmación “Dios existe” no expresa una proposición, sino una frase sin sentido o cognitivamente vacía. De manera similar, existe debate si tal postura puede clasificarse como una forma de ateísmo o agnosticismo. Los filósofos A. J. Ayer y Theodore M. Drange rechazan ambas categorías, declarando que ambas corrientes aceptan que «Dios existe» es una proposición, por lo que separan al no-cognotivismo en una categoría propia.
Argumentos metafísicos
La autora Zofia Zdybicka escribió:
“El ateísmo metafísico [...] incluye a todas las doctrinas que sostienen el monismo metafísico (la homogeneidad de la realidad).” Puede ser:
- Absoluto: un rechazo absoluto a la existencia de Dios asociado con el monismo materialista (en todas sus corrientes, tanto las antiguas como las modernas).
- Relativo: el rechazo implícito de Dios en todas las filosofías que, si bien aceptan la existencia de un absoluto, conciben a ese absoluto carente de todas las cualidades propias de Dios: trascendencia, personalidad propia y unidad. Está asociado con el monismo idealista (panteísmo, panenteísmo, deísmo).
Argumentos lógicos
El ateísmo lógico afirma que varias de las concepciones de los dioses, tales como el Dios personal de las religiones abrahámicas como el cristianismo, poseen cualidades lógicamente inconsistentes entre sí. Tal ateísmo presenta argumentos deductivos contra la existencia de Dios, que señalan la incompatibilidad entre los atributos divinos, tales como perfección, creador del mundo, inmutabilidad, omnisciencia, omnipresencia, omnipotencia, omnibenevolencia, trascendencia, personalidad, sobrenatural, justo y misericordioso.
El ateísmo teodiceo afirma que el mundo como lo conocemos no puede reconciliarse con las cualidades comúnmente atribuidas a Dios o los dioses por los teólogos. Argumentan que la existencia de una deidad omnisciente, omnipresente, omnipotente y omnibenevolente no es compatible con un mundo en el que existe el mal y el sufrimiento (argumento del mal), y en el que el amor divino está oculto a tantas personas (argumento del ocultamiento divino).
Un argumento similar al del mal se le atribuye a Sidarta Gautama (véase duḥkha), sabio de cuyas enseñanzas se fundó el budismo.
Reducción de la religión
El filósofo Ludwig Feuerbach y el padre del psicoanálisis Sigmund Freud han argumentado que Dios y otras creencias religiosas no son más que invenciones humanas creadas para satisfacer variados deseos o necesidades psicológicas y emocionales. Esta postura es compartida por muchos budistas. Karl Marx y Friedrich Engels, influenciados por Feuerbach, arguyeron que estas creencias cumplen funciones sociales utilizadas por quienes están en el poder para oprimir a la clase trabajadora. De acuerdo con Mijail Bakunin, “la idea de Dios implica la abdicación de la razón y de la justicia humana; es la negación más decisiva de la libertad humana, y lleva necesariamente a la esclavitud de los hombres, tanto en teoría como en la práctica”. Bakunin invirtió el célebre aforismo de Voltaire “Si Dios no existiera, sería necesario inventarlo”, escribiendo en respuesta: “si dios existiese realmente, habría que hacerlo desaparecer”.
Ateísmo en religiones
El ateísmo es aceptable dentro de algunos sistemas de creencias religiosas y espirituales, como el hinduismo, el jainismo, el budismo, el sinteísmo y el raelismo, los movimientos neopaganos, como la wicca, y las religiones no teístas. Las escuelas āstikas del hinduismo sostienen que el ateísmo es un camino válido hacia la moksha, pero extremadamente dificultoso, ya que los ateos no pueden esperar ninguna ayuda de la divina providencia en su viaje. El jainismo cree que el universo es eterno y no tiene necesidad de un creador, sin embargo, se venera a los tirthankaras, que pueden trascender el tiempo y el espacio y tienen mayor poder que el dios Indra. El budismo secular no defiende la creencia en dioses. El budismo temprano era ateo, pues el camino de Buda Gautama no supone dioses. Concepciones posteriores del budismo consideran al propio Buda una divinidad, lo que sugiere que sus seguidores pueden obtener la divinidad, y reverencian a los bodhisattvas y al Buda eterno.
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